Hábitos saludables para niños obesos

Te contamos hábitos saludables para niños obesos. El mundo occidental padece una auténtica epidemia de obesidad infantil. En España, uno de cada tres menores tiene exceso de peso. Y lo peor es que las malas prácticas alimenticias en la infancia pueden llevarnos a sufrir sobrepeso de adultos, con las consecuencias negativas para la salud que eso tiene: diabetes y problemas cardiovasculares, por ejemplo.

Además, es bueno introducir hábitos saludables para niños obesos que aminoren el riesgo de sufrir trastornos psicológicos de pequeños, como desarrollar una baja autoestima. Los niños con obesidad suelen sentirse marginados, y eso les puede llevar a padecer patologías graves como anorexia o depresión e incluso a engancharse al consumo de sustancias nocivas. ¿Qué hacer con un niño con sobrepeso? 

Hábitos saludables para niños obesos

Hay que intentar que los pequeños se conviertan en personas más activas en el día a día. El ejercicio es una de las piedras angulares para controlar su peso. Otro de los hábitos saludables para niños obesos que tienes que tener en cuenta es la variedad y el equilibrio en la alimentación. No consiste en comer menos, sino en alimentarse mejor. Puedes probar también con estos consejos para que tus hijos hagan deporte.

Al principio podemos plantearnos reorganizar las comidas y proponernos organizar actividades al aire libre algunos días de la semana. Mejor poner en marcha pequeños cambios poco a poco que alterar de la noche a la mañana toda la existencia de los chavales.

La importancia de los hábitos saludables para niños obesos

La importancia de los hábitos saludables para niños obesos

Antes de nada, es conveniente que toda la familia se implique y siga los hábitos saludables para niños obesos. Es decir, consiste en hacer las cosas juntos, algo que estimulará a los pequeños además de aprender costumbres sanas en casa. Aquí tienes seis consejos para hacer deporte en familia. El ejercicio y la dieta serán más divertidos si todos siguen estas pautas:

  • Alimentación variada y equilibrada. Hay que animar a los niños a probar cosas nuevas. Con paciencia, aceptarán el pescado que antes no querían ni ver. Basta con que la comida le proporcione los nutrientes que necesitan, ni más ni menos.
  • Cinco raciones diarias de fruta y verdura. Menos carne, comida rápida y bollería industrial y más pescado y cereales.
  • Es importante hacer un buen desayuno y establecer horarios fijos para las comidas, que serán más originales y apetecibles y menos monótonas. Deben tener un ritmo pausado, pero no hacerse eternas.
  • Beber mucha agua o, en su defecto, zumos naturales de frutas.
  • Comer cuando se tenga hambre. Los niños no deben alimentarse porque toque u obligados. Si no pueden terminar el plato, hay que respetarlos.
  • Menos casa y más calle. El tiempo que están mirando la televisión, el ordenador o jugando a la consola lo están perdiendo en actividades al aire libre. 
  • Más ejercicio. Al menos, una hora de actividad física moderada al día. Es importante que les divierta.

Si consigues que cumplan estos sencillos requisitos y hábitos saludables para niños obesos es posible que tus hijos tarden menos de lo que imaginas en volver a su peso adecuado. Además de todo esto, ten en cuenta también los beneficios de los deportes de equipo para niños.

Consejos y hábitos saludables para niños obesos

Para crear los nuevos hábitos saludables para niños obesos es importante que potencies las cosas positivas y que no le des demasiada importancia a las negativas. Es decir, es mucho mejor alentar los ánimos de los pequeños y las pequeñas con frases del tipo «te encuentro muy guapo hoy» que estar constantemente machacándoles con el típico «estás muy gordo».

Consejos y hábitos saludables para niños obesos
También puedes premiar su constancia con alguna actividad que se salga de lo cotidiano, como por ejemplo contratar magos a domicilio en Barcelona. Si queremos obtener resultados, a los críos hay que ponerles metas realistas, que puedan cumplir, pues todo buen objetivo tiende a fracasar ante una regulación demasiado exigente.

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